Los seres humanos somos energía como todo lo que existe.

 

Como seres energéticos emitimos frecuencias y vibraciones. El aura  es el halo luminoso que desde nuestro interior sale a nuestro exterior y rodea todo nuestro cuerpo físico y se expande más allá.

 

Esta energía se presenta en diferentes tonalidades de acuerdo al estado de ánimo de la persona. El aura puede perder su luminosidad volviéndose sombría y oscura cuando enfermamos física y emocionalmente, cuando permanecemos en ambientes negativos,  en contacto con personas que drenan nuestra energía o estamos  constantemente enojados. Ahí es cuando hace falta un proceso de purificación que limpie y  fortalezca nuestra energía, alivie las molestias, reduzca la tensión y la fatiga, apartándonos de pensamientos negativos para recuperar nuestra luz espiritual.

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Se recomienda hacerse una limpieza de aura una vez cada mes especialmente en aquellas épocas en las que se empieza un nuevo comienzo como cumpleaños, ciclos terminados en relaciones de pareja o en el trabajo etc.

 

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